La colostomía sigmoidea descendente o superior ofrece ventajas sobre una colostomía ascendente o transversa.
Es importante disponer de un segmento relativamente corto de la porción distal del colon desfuncionalizada, pero no demasiado corto como para interferir en el posterior descenso.
La situación ideal es justo en el punto donde la porción proximal del sigma sale de la parte izquierda del retroperitoneo. La limpieza mecánica de la porción distal del colon en el momento de abrir la colostomía resulta mucho menos difícil cuando la colostomía se localiza en el colon descendente. El bebé con una fístula rectouretral grande puede orinar en el colon, y una colostomía más distal permite que la orina salga a través del estoma distal sin una absorción importante. Con una colostomía más proximal, la orina permanece en el colon y es absorbida, lo que puede provocar una acidosis metabólica. Una colostomía en asa permite el paso de las heces desde el estoma proximal hacia la porción distal del intestino, lo que puede provocar infecciones de las vías urinarias, dilatación de la bolsa rectal distal y retención fecal, lo que puede ocasionar un estreñimiento grave más adelante en la vida.
Además, el problema del prolapso de la colostomía es más frecuente con las colostomías en asa. Una colostomía bien realizada puede ayudar a reducir al mínimo estos problemas.
El error más frecuente es una colostomía abierta demasiado distal en el rectosigma que interferirá en la movilización del recto durante el posterior descenso
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