se define como el que no drena en el trígono, sino que ingresa en el cuello vesical o en una posición más caudal.
esto se debe a la inserción craneal del esbozo ureteral en el conducto mesonéfrico que permite la migración distal con el conducto mesonéfrico a medida que este es absorbido en el seno urogenital.
La incidencia de ectopia ureteral es de alrededor de 1 de cada 2.000
80% de los uréteres ectópicos se comunican en asociación con duplicación del sistema renal.
Los problemas clínicos son más frecuentes en niñas con ectopia, solo se han comunicado un 15% de uréteres ectópicos en varones.
La ectopia es bilateral en el 20% de los pacientes.
Los uréteres ectópicos únicos son raros, pero son más frecuentes en varones.
Uréter ectópico en niñas
La diferencia fundamental entre ectopia ureteral en varones y niñas surge de la inserción ureteral distal al mecanismo de continencia en las niñas
Alrededor de un tercio de los uréteres desembocan a la altura del cuello vesical; un tercio, en el vestíbulo alrededor del orificio uretral, y el resto, en la vagina, el útero o el cuello uterino.
El 50% de las niñas afectadas presentan, al principio, incontinencia urinaria continua, pese a lo que parece ser un patrón miccional normal.
Una gammagrafía con ácido dimercaptosuccínico (DMSA) es un buen estudio para localizar un riñón ectópico pequeño cuando no se identifica un riñón ortotópico en los estudios por la imagen convencionales y cuando existe una alta sospecha de un uréter ectópico en la vagina, el cuello uterino o el útero. En tanto haya cierta dilatación, la URM puede ser el método más preciso para llegar al diagnóstico. 101 Asimismo, debe practicarse una CUMS para descartar un reflujo oculto.
Uréter ectópico en niños
Los sitios más frecuentes de inserción ureteral ectópica en los varones son la uretra posterior (40-50%) y la vesícula seminal (20-60%), lo que depende de la edad en el momento de la presentación. En los varones, los síntomas pueden no aparecer hasta después del inicio de la actividad sexual y comprenden prostatitis, vesiculitis seminal o un quiste de vesícula seminal infectado que causa deposiciones dolorosas. La inserción genital explica la presentación frecuente con epididimitis. Puede haber goteo posmiccional secundario a acumulación de orina en la uretra prostática, pero la incontinencia nunca es tan pronunciada como en una mujer.
En el niño, los uréteres ectópicos son, con mayor frecuencia, obstructivos e hidronefróticos, de manera que la ecografía suele ser más útil. Si el sitio de inserción ectópica está fuera de la uretra, rara vez se identifica en la endoscopia.
Cuando el uréter ectópico se asocia con duplicación, la función del polo superior suele ser deficiente, y el abordaje más frecuente ha sido nefroureterectomía parcial a cielo abierto o laparoscópica. Se puede dejar abierto el uréter distal siempre que se haya documentado previamente la ausencia de reflujo. Asimismo, se puede practicar también una ureteroureterostomía proximal o distal. El polo superior dilatado se deriva al sistema de calibre normal del polo inferior. Existen posibles preocupaciones respecto de la discrepancia de tamaño de los uréteres y la lesión del uréter receptor, pero una serie de gran envergadura mostró un éxito excelente, con una tasa de complicación muy baja.
Uréteres ectópicos únicos bilaterales
Este es un hallazgo infrecuente en el que la alteración del desarrollo embriológico se asocia con falta de desarrollo del cuello vesical normal
El niño incontinente con uréteres ectópicos únicos bilaterales plantea un desafío reconstructivo importante que puede requerir reimplante ureteral, reconstrucción del cuello vesical y aumento de la vejiga si su capacidad es insuficiente.
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